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Flora y Fauna en Machu Picchu: La belleza natural que rodea la ciudadela Inca

mayo 27, 2025

Aunque las ruinas de Machu Picchu son un lugar majestuoso y una de las 7 maravillas del mundo, muchos dejan de lado toda la belleza natural que rodea la ciudadela y todo lo que tiene para ofrecer a sus visitantes. En el siguiente artículo te contaremos todo sobre la flora y fauna de Machu Picchu para que tengas un par de buenas razones para perderte un rato por los alrededores y disfrutar de la majestuosa naturaleza de los Andes y todo lo que tiene que ofrecer para encantar a sus visitantes.

Cuando muchos piensan en Machu Picchu, lo primero que viene a la mente son sus asombrosas ruinas incas, sus terrazas milenarias y su ubicación majestuosa entre montañas. Sin embargo, hay un Machu Picchu menos conocido, igual de fascinante: su riqueza natural. Como guía turístico en Cusco, he tenido el privilegio de recorrer esta maravilla del mundo desde una perspectiva distinta, conectando no solo con su historia, sino también con su extraordinaria biodiversidad.

Por estos motivos, el equipo de TurismoenCusco ha creido conveniente escribir el siguiente artículo donde te contamos las belleza natural alrededor de la ciudadela Inca y porque es una muy buna razón perderse en ella para explorarla y conocer más sobre los animales, insectos y flora autoctona del lugar.

ÍNDICE

Un ecosistema único entre montañas: biodiversidad en Machu Picchu

Ubicado entre los 2,000 y 2,400 metros sobre el nivel del mar, Machu Picchu se encuentra en una zona de transición entre la selva alta y los Andes. Esta ubicación estratégica le otorga una diversidad ecológica asombrosa: más de 500 especies de aves, 400 de orquídeas, cientos de mariposas y una fauna terrestre singular.

Durante los recorridos que hemos realizado varios miembros del equipo, es común que los visitantes se queden perplejos al ver cómo los árboles nublados se mezclan con flores tropicales, y cómo aves coloridas sobrevuelan con elegancia los caminos incaicos. Este entorno es un auténtico refugio natural, declarado por la UNESCO no solo Patrimonio Cultural, sino también Patrimonio Natural de la Humanidad.

La flora de Machu Picchu: orquídeas, helechos y árboles mágicos

Uno de los grandes tesoros naturales del santuario son las orquídeas. En cada excursión, me encanta detenerme a señalar alguna variedad nueva que asoma entre las ramas. Algunas son tan pequeñas que cuesta verlas; otras, como el Zapatito de Reina, llegan a medir hasta 70 centímetros y tienen una fragancia inconfundible.

Estas flores no necesitan tierra: muchas de ellas son epífitas, es decir, viven sobre otras plantas, y otras crecen directamente sobre rocas. No importa si llueve o hace sol, si estamos en una zona más baja o alta: las orquídeas brotan durante todo el año, danzando con el viento con esa gracia que solo Machu Picchu sabe regalar.

También abundan los helechos gigantes y los árboles de queñua, una especie andina esencial para el equilibrio del ecosistema. Son silenciosos testigos del paso del tiempo, y crean sombra y alimento para una gran variedad de animales.

Imágen de flores en un arbol en Machu Picchu con escaleras incas de fondo, Un ejemplo de la flora y fauna en Machu Picchu

Mariposas y conservación: el trabajo del mariposario local

Uno de los espacios más conmovedores e interesantes para mí es el mariposario de Machu Picchu. A menudo lo recomiendo a quienes buscan una experiencia diferente, más íntima con la naturaleza.

Allí, los visitantes pueden observar el ciclo completo de vida de las mariposas: desde el huevo hasta la liberación de estas criaturas aladas. «Esta oruga ha pasado dos meses alimentándose de una planta específica. Después, se transforma en crisálida, camuflándose como hoja seca. Entre 14 y 42 días después, nace una mariposa», explicó una de las guías locales durante una de mis visitas con un grupo.

Este centro tiene una misión clara: conservar la biodiversidad local y educar sobre el valor ambiental de cada especie. Ver el momento en que una mariposa seca sus alas antes de su primer vuelo es una experiencia que conmueve a todos los visitantes. Y lo más importante, nos recuerda que su presencia es un indicador de la salud del ecosistema.

La fauna de Machu Picchu: del gallito de las rocas al oso de anteojos

Entre las aves más emblemáticas de Machu Picchu destaca el gallito de las rocas, el ave nacional del Perú. Su plumaje naranja brillante y su peculiar cresta lo convierten en un espectáculo visual difícil de olvidar. Lo he visto en varias ocasiones saltando de rama en rama, como si supiera que es una celebridad del bosque.

También es posible, con mucha suerte, avistar al oso andino o de anteojos, una especie única de Sudamérica. Este mamífero tímido y escurridizo encuentra en el santuario un hábitat ideal para sobrevivir.

Y si hablamos de sorpresas, la vizcacha es una de ellas: parece un cruce entre conejo y ardilla, y le encanta recorrer las ruinas con agilidad. Los visitantes suelen quedarse asombrados al verla saltar entre piedras milenarias.

Imágen del oso de anteojos en Machu Picchu

Entre bambús y begonias: una ruta botánica por la ciudadela Inca

Durante nuestros recorridos guiados, no faltan las paradas botánicas. Hay flores silvestres, begonias de colores intensos, plantas de cassava y cherimoya, y hasta especies comestibles como el maracuyá. Este último llama mucho la atención por su flor única, relacionada simbólicamente con la pasión de Cristo, de ahí su nombre: passion flower.

Una de mis partes favoritas es mostrar a los turistas la planta de coca. Pocos saben cómo luce realmente. “Aquí está el arbusto de coca”, suelo decir señalando sus pequeñas hojas. Esta planta ha sido parte del ecosistema y de la cultura andina por siglos, y en Machu Picchu encontramos hasta 100 variedades.

Coca, cherimoya y pasión: plantas ancestrales y su simbolismo

Explorar la flora de Machu Picchu también es una forma de conectarse con el legado espiritual del mundo andino. Muchas de las plantas que aquí crecen eran usadas por los incas con fines ceremoniales, medicinales o alimenticios.

El árbol paraguas, por ejemplo, es nativo de esta región y proporciona sombra en caminos donde la luz solar cae con fuerza. Mientras caminamos por senderos que alguna vez recorrieron los chasquis, no podemos evitar sentirnos parte de ese legado vivo que respira en cada flor y hoja.

El orquidiario de Machu Picchu Pueblo: ciencia, belleza y tradición

Otra joya imperdible para los amantes de la flora es el orquidiario de Machu Picchu Pueblo, donde se conservan más de 300 especies. Allí conocí a Daniel Gutiérrez, uno de los responsables del centro, quien me dijo: “Lo que buscamos es que Machu Picchu no solo sea maravilla cultural, sino también maravilla natural”.

Caminar por este lugar es sumergirse en un santuario lleno de colores y aromas. La conservación aquí no es un eslogan: es una labor diaria. El conocimiento botánico y el respeto por la tierra andina se entrelazan en cada especie floreciente.

Turismo con conciencia: cómo contribuir a la conservación

Machu Picchu necesita turistas conscientes. Personalmente siempre invito a los visitantes a respetar los senderos, no extraer plantas ni molestar a los animales. El turismo debe ser una herramienta de preservación, no de impacto negativo.

Afortunadamente, cada vez más operadores turísticos, autoridades locales y comunidades se suman a los esfuerzos de conservación. Las iniciativas como el mariposario y el orquidiario son ejemplos claros de cómo el turismo puede generar conciencia y acción.

Debes tener presente que debes respetar las normas, no salirte de los caminos establecidos y cuidar la flora y fauna del lugar. Hemos visto varios casos de turistas inconscientes que no respetan las normas y perturban a los animales y no tienen respeto por la flora del lugar. Esperamos su cooperación y ayuda para poder tener una convivencia ideal con la naturaleza que rodea a las ruinas de la ciudadela Inca.

Algunos consejos y recomendaciones

Algunos tips y consejos que te serán de utilidad:

1. Visita el orquidiario y mariposario temprano
Las mejores horas para apreciar la flora y fauna local son por la mañana, cuando hay menos visitantes y más actividad natural. Además, la luz natural favorece la observación y fotografía.
2. Usa ropa adecuada y zapatos antideslizantes
Los senderos pueden ser húmedos y resbalosos. Lleva ropa liviana, impermeable y calzado de trekking con buena tracción. El clima puede cambiar rápidamente en la montaña.
3. No toques ni extraigas plantas ni flores
La flora de Machu Picchu es parte de un ecosistema protegido. Tocar o arrancar plantas puede dañar el hábitat de especies endémicas y poner en riesgo su conservación.
4. Lleva binoculares o una cámara con zoom
Muchas aves, mariposas y animales se encuentran en zonas de difícil acceso visual. Con binoculares o cámaras con zoom puedes observar sin perturbar la naturaleza.
5. Respeta los senderos y señalizaciones
Salir de los caminos establecidos puede poner en peligro tanto al visitante como al entorno natural. Sigue siempre las rutas oficiales y las indicaciones de los guías.

Ven a descubrir el Machu Picchu más vivo de lo que creias

Machu Picchu es historia viva, pero también vida silvestre en su máxima expresión. No es solo un sitio arqueológico, es un santuario natural que nos enseña la importancia del equilibrio entre cultura y biodiversidad.

Desde las orquídeas que bailan con el viento hasta las mariposas que anuncian la salud del ambiente, cada rincón de Machu Picchu nos recuerda por qué fue considerado una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.

Como has podido notar, Cusco es más que las ruinas de Machu Picchu. Alrededor de esta ciudadela Inca se esconde un secreto que no todos los turistas se animan a conocer. Te invitamos a que si vienes a visitar Machu Picchu, te des un tiempo y descubras su maravillosa Flora y Fauna, te aseguramos que no te vas a arrepentir.